La malaquita debe su nombre a su intenso color verde. En concreto y etimológicamente hablando, la palabra malaquita proviene del vocablo “malaquita”, que en latín significa “verde”.
Aunque esta gema es embajadora del color verde, sigue siendo una de las grandes desconocidas en el mundo de la ornamentación y sólo los más conocedores de joyería lo conocen.
No pierdas la oportunidad de conocer más sobre esta piedra preciosa y perderte en sus tonos exuberantes e intensos.
Característica de malaquita
La malaquita es una joya con mucha personalidad e intensidad y por ello tiene unas características que la hacen inconfundible.
De hecho, su color no es lo único que lo hace especial; pero tiene muchos otros aspectos que lo caracterizan.
Estas características son:
- Es un mineral secundario.
- Es un mineral de cobre. De hecho, suele encontrarse en depósitos de cobre (Cu) oxidado.
- Pertenece al grupo de los carbonatos.
- También se puede encontrar en la naturaleza en forma de pequeños cristales o estalactitas.
- Está muy relacionada con la azurita porque tiene una forma cristalina externa similar a la de esta otra piedra preciosa.
- Tiene un brillo claro y cristalino. De hecho, tiene un brillo muy parecido al cristal verde.
- Tiene una buena fractura.
- Es una piedra preciosa opaca o, como mucho, translúcida.
- Se considera una piedra semipreciosa.
- Se considera un mineral semiduro.
- Es un mineral ardiente y efervescente.
- Se considera un mineral pesado.
- Generalmente se utiliza para hacer tablas y elaborar pinturas.
- Es un mineral con mucha historia y una relevancia que ha ido decayendo.
- Cuando parece sin refinar, la malaquita tiene una apariencia y una superficie de burbuja que le da a la gema una apariencia volcánica.
¿Dónde podemos encontrar malaquita?
La malaquita se puede encontrar en varios lugares, especialmente en depósitos de cobre oxidado al aire libre. Estos yacimientos de cobre a cielo abierto son muy comunes en Marruecos, Estados Unidos, Rusia, Australia y el Congo.
Al comprar esta piedra preciosa, se debe tener cuidado de no comprar malaquita sintética. Para evitar el riesgo de descubrir que hemos comprado malaquita sintética, recomendamos no comprar malaquita refinada y adquirirla, preferiblemente natural y cruda (aunque es más cara y difícil de encontrar).
Además, estas joyas se pueden adquirir tanto en joyerías, tiendas que venden bisutería y, por supuesto, online.
No podemos garantizar que los proveedores que encuentre en joyerías, joyeros o en línea ofrezcan malaquita sin refinar, por lo que le recomendamos que observe su opacidad y burbujas antes de comprar.
Si la superficie de la malaquita es lisa, significa que ya ha sido refinada y será más difícil determinar si la malaquita es sintética o no.
Historia de la malaquita
En la Edad Media, la malaquita era un mineral muy codiciado. A la nobleza le encantaban estas joyas y las llevaban con gran orgullo.
Además, si los nobles y reyes de antaño lo utilizaban, los comerciantes y la burguesía también querían poseerlo porque era símbolo de lujo, ostentación y riqueza.
Por ello, la malaquita era una de las joyas favoritas de los fenicios y comerciantes ambulantes de la época.
Además de ser una joya asociada al lujo, la nobleza y la realeza; La malaquita también ha sido considerada un símbolo de energía, salud y juventud. Esto fue posteriormente negado, pero alguna vez fue una de las razones por las que la malaquita era un mineral muy valorado y codiciado.
Los asirios también quedaron fascinados por este mineral. De hecho, los hombres y gobernantes tenían malaquitas incrustadas en el pecho como símbolo de festividad, poder y celebración.
Los cetros de los sacerdotes también estaban llenos de malaquita y por ello, los ritos se oficiaban y conducían con esta gema siempre presente. Fue una de las joyas fundacionales de la Ciudad Santa e incluso los romanos la utilizaron como talismán para evitar accidentes durante la conquista del mundo y el surgimiento de su Imperio (aunque luego se demostró que el único uso que se le podía dar era ornamental). . ).
Es destacable que la malaquita no era sólo cosa de los nobles y clases sociales altas, sino que también tenía otros usos para el resto de clases sociales.
Si la ornamentación era competencia de los nobles, la malaquita también se usaba comúnmente como tinte. Su color intenso se utilizaba para desvanecer y dar color a otros objetos y mercancías.
De estas funciones colorantes deriva el uso que se ha hecho de la malaquita en las Bellas Artes. De hecho, la Catedral de San Isaac en San Petersburgo tiene columnas cubiertas de malaquita. Al igual que el palacio de invierno de los zares, también en San Petersburgo, cuenta con una sala donde casi todo está revestido con esta joya (columnas, chimenea, mesas, pilastras, etc., etc.).
Por todas estas anécdotas, la malaquita ocupó un lugar privilegiado en la literatura antigua y tenemos innumerables pruebas de su existencia y valor gracias a los relatos en los que se afirma que esta joya ocupaba un lugar destacado entre la nobleza, los rituales religiosos y el simbolismo.
Hoy en día, la malaquita ha perdido su significado y ha dejado de ser una joya muy buscada, símbolo de poder y ostentación, para convertirse en una joya muy rara en el mundo de la ornamentación y la joyería.
Se elaboran accesorios muy bonitos con malaquita, pero al parecer esto no es suficiente para que recupere el lugar que alguna vez tuvo.
En cualquier caso, la malaquita es una gema muy elegante que aún luce espectacular, aunque ya no tiene el significado que alguna vez tuvo.
Su intensidad de color y profundidad la convierten en una piedra muy especial que difícilmente será olvidada por los conocedores de la joyería, que la siguen teniendo en cuenta en el diseño y fabricación de joyas y complementos ornamentales.
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