Turquesa – propiedades y significado

La turquesa es una piedra preciosa muy conocida y muy valorada. De hecho, el turquesa es un color tan distintivo que un tono de azul lleva su nombre.

También se consideran piezas atemporales porque se siguen utilizando después de muchos años de uso como joyería y amuletos. Ahora se sabe que no tienen propiedades, pero siguen siendo muy populares como joyería e incluso como decoración del hogar.

Además de tener un color intenso y profundo, también es una piedra muy alegre y alternativa que transmite una imagen de frescura y alegría. Es uno de los patrones de moda del verano y suele ser usado por personas de todas las edades porque combina con todo y con todos.

Son tantas las personas que quieren adornar su apariencia con este mineral que pronto llegan reproducciones y sustitutos que ocupan gran parte del mercado. Sin embargo, cualquiera que lleve auténtica turquesa sabe lo cara y difícil que es encontrarla, tanto por su belleza como por su precio.

Características turquesa

La turquesa es un mineral muy especial y tiene mucha personalidad. Estas son las características que lo definen tal y como lo conocemos:

  • Está compuesto de fósforo, oxígeno y cationes y por tanto pertenece al grupo de los fosfatos.
  • También contiene agua, cobre hidratado y aluminio.
  • La variedad de color de la piedra depende del cobre y de la mina de donde fue extraída.
  • Es un mineral más duro que otras piedras preciosas, pero hay que manipularlo con cuidado porque se considera una piedra muy frágil.
  • Tiene origen sedimentario.
  • Se trata con diversas infiltraciones para mejorar su aspecto y su color especial y relevante.
  • Es una piedra preciosa muy porosa y requiere mucho cuidado.
  • Cuando la turquesa pierde su brillo se suele pulir para recuperar su brillo y mostrar su color intenso y particular.
  • La turquesa debe mantenerse alejada de materiales corrosivos, como detergentes o lejías, ya que pueden perder color e incluso decolorarse.
  • La palabra turquesa significa “piedra turca” y no porque existan yacimientos en Turquía, sino porque fueron los turcos quienes introdujeron la turquesa en Europa.
  • Al oxidarse se vuelve verdoso y pierde el color característico que lo define.
  • Nunca dejaron de usarse y por lo tanto nunca pasaron de moda.

donde podemos encontrar

Los mayores yacimientos de turquesa se encuentran en zonas áridas y desérticas y podemos encontrar yacimientos en Estados Unidos (Nuevo México, Arizona, Nevada, California y Colorado), Egipto, Irán y España.

Las minas de turquesa también tienden a ser minas de cobre, ya que ambos minerales suelen extraerse en los mismos lugares porque la turquesa también está compuesta de cobre.

Es importante aclarar que su nombre no se debe a que existan yacimientos en Turquía, sino que la palabra “turquesa” bautiza a esta joya porque fueron los turcos quienes trajeron estas piedras a Europa.

Por lo tanto, las minas de estas gemas se encuentran en pocos lugares y están muy localizadas y segmentadas. Sólo se pueden extraer de lugares en condiciones muy concretas y de minas y yacimientos que hoy en día siguen activos y cuidados.

En cualquier caso, los yacimientos de este precioso mineral ya no experimentan tanta actividad como antes. De hecho, la tradición de extraer estos minerales es muy antigua y muy intensa y hoy en día, aunque se extrae mucha turquesa, no se extrae en tanta cantidad como antes.

Historia de la turquesa

Las turquesas se utilizan desde el año 3.000 a.C. como joyas y amuletos. Su uso y protagonismo se remonta a las dinastías faraónicas en las que ya se utilizaba como símbolo de belleza y opulencia. De hecho, en Egipto la turquesa era considerada un regalo que la diosa Hathor había hecho a la humanidad.

Los indios norteamericanos también extraían turquesas antes de ser colonizados por los ingleses. Las tribus apaches que vivían en los desiertos occidentales y el Gran Cañón de Arizona también valoraban mucho estos minerales e invertían su tiempo en extraer turquesas para la ornamentación de sus jefes.

Hoy estos campos están inactivos y el único que continúa operando con fines comerciales es Apache Canyon, en California.

Para los hebreos y persas la turquesa también ocupaba un lugar privilegiado.

Los persas la consideraban la piedra de la buena suerte y los hebreos creían que la primera mina de turquesas fue explorada por Isaac, hijo de Abraham, en el monte Sinaí.

En México también tenían un concepto muy positivo y elevado de esta piedra preciosa. Consideraban la turquesa una piedra sagrada que sólo podía usarse para vestir a los dioses.

En Grecia, los hombres se la guardaban en los bolsillos para protegerse de ser asesinados en la calle o de noche, y en Roma, las mujeres adornaban su cabello con turquesa triturada, que extendían sobre sus cabezas.

En la India, los elefantes todavía se decoran con turquesas para demostrar opulencia y exhibirlas en rituales y bodas.

Es obvio que este mineral ya no tiene valor supersticioso ni ningún tipo de relación con los dioses. Sin embargo, como joya sigue teniendo mucho éxito y sigue luciendo igual de bella e intensa.

Aunque los depósitos de turquesas ya no extraen tantos minerales, muchos todavía se venden en joyerías y se venden muchas turquesas sintéticas que pretenden replicar las auténticas a un precio mucho más bajo.

En el mundo de la moda cabe destacar que las turquesas son minerales que nunca han pasado de moda y por tanto nunca han dejado de venderse y comprarse.

Son un complemento ideal para los looks veraniegos y su color intenso realza tu bronceado.

Aportan un toque fresco y juvenil a quien los lleva y también se pueden utilizar con looks y vestidos más elegantes.

Hay que saber qué esconde la piedra más conocida,

CUARZO AMATISTA